sábado, 18 de septiembre de 2010

APLICACIONES LOCALES DE LAS FLORES DE BACH

La aplicación local es un medio muy efectivo y directo de actuación. Las esencias, como es sabido, carecen de principios moleculares activos.
Las flores actúan manipulando campos energéticos mediante el aporte de energía vibracional de alta frecuencia. Son precisamente dichos campos energéticos los encargados de mantener, dentro de lo posible, la salud.
Al aplicarse localmente las flores, su actividad vibracional es inmediatamente traducida por los chakras zonales. Se producirán una serie de procesos instantáneos hasta el nivel de cuerpo etérico, desde donde se activan los sistemas fisiológicos en una respuesta de carácter arterial:vasomotor, antiinflamatorio, analgésico, etc.
Se han visto algunos casos en los que una persona que estaba siendo tratada únicamente con una crema, ha notado cambios emocionales y psíquicos que concordaban con las flores que se estaba aplicando.
Esto explica muy bien cómo el efecto vibracional no queda limitado a la localización de la aplicación. Entonces ¿para qué tomar las flores?, y dado que es un remedio energético o vibracional, ¿porqué no usarlo sólo localmente o incluso vaporizado en el ambiente?
La respuesta es simple. Nuestro organismo posee estructuras destinadas a ampliar, distribuir y hacer asimilable la energía vehiculizada por las flores que ingerimos. A estas estructuras se las conoce por el nombre de Sistema Energético Biocristalino y forman parte de él la pineal, el hemisferio cerebral derecho y otros elementos. Este sistema está presente en el cuerpo físico y se le atribuyen propiedades similares a las del cuarzo.
Concretando pues un poco más, cabe reseñar que los efectos generales de las aplicaciones locales son muy variables y a menudo tenues y difíciles de cuantificar por lo que, desde un punto de vista práctico, valoraremos el efecto local desde la aplicación local y el efecto general desde la toma oral.

Retrocedamos en la historia: Para encontrar un precedente de aplicación local de las esencias, debemos remitirnos a historias del propio Bach. Esta aplicación se realizaba de dos formas fundamentales:
a) Las propias flores que se ingerían se prescribían localmente cuando el caso así lo requería.
b) En algunas ocasiones se aplicaba el criterio de Patrón Transpersonal.
c) En un caso se prescribía localmente una flor caracterológica.
Predominaba notoriamente la primera modalidad. Estas aplicaciones se efectuaban mediante compresas empapadas en líquido que contenía las flores, o en lociones.
En cuanto a cremas, se ha venido usando tradicionalmente la del Rescue Remedy, aunque existen antecedentes de pomadas preparadas con caléndula en su excipiente. Cabría formularse la siguiente pregunta: ¿Pueden mejorarse o sistematizarse de alguna forma las aplicaciones locales? La respuesta es un rotundo sí.